Para el que se quedó con con ganas....
como nosotros!
click en la imagen para agrandar
Nos mandamos a hacer algunas remeras....
un poco para ver que tal quedaban
y otro poco porque nos recabió la idea.
Hicimos 10, nos quedamos una para cada integrante de la banda
(cada integrante pagó por su remera)
y las otras 5 ya veremos quien las recibe,
ya los amigos nos hicieron saber que
gustosos accederían a comprárnosla.
Obviamente, cada billete de cada remera va a servir para hacer
más remeras, y así sucesivamente....
Por ahora esto, pero estamos buscando el mejor precio para hacer más,
y a ver quien se copa, adquiriendo la remera oficial de Naguales, dándonos además,
una gran mano.
Ya les haremos saber toda al info al respecto....
Frente
Espalda
Manga Derecha
Ahora efímero
Como corre el tiempo!
Tic... Tac efímero
Luces efímeras
(Pero te creo...)
Respecto de la fotografía del afiche:
Es Charlie Rivel, nombre artístico de Josep Andreu i Lasserre, payaso catalán que nació en Barcelona, España en 1896 y falleció en 1983, fue uno de los payasos más famosos de la historia del circo.
Figuró entre los payasos a los que Federico Fellini rindió homenaje en la película I Clowns.
Una de las anécdotas más entrañables es la de cuando entró en la pista del circo y aún no había empezado su actuación cuando un niño empezó a llorar desesperadamente (probablemente era la primera vez que veía a un payaso). Charlie no podía empezar su actuación pues el público estaba más pendiente del escandoloso llanto del niño que del payaso. Charlie se acercó cautamente hacia el niño para hacerle una caricia e intentar calmarlo, pero el efecto fue el contrario y el niño empezó a llorar aún con más fuerza entre las risas medio divertidas medio enternecidas del público adulto. Rivel, profundamente conocedor de la psicología infantil, se retiró hacia el centro de la pista y empezó también a llorar, desconsoladamente, solidariamente. Con eso bastó. El niño se calló en el acto, con unos ojos abiertos como naranjas por la sorpresa de haber descubierto que aquel ser rojo y amenazador se sabía expresar también con su mismo lenguaje tan transparente y directo: el llanto. Y Rivel continuó llorando. Cuando, todavía lloroso, se volvió a acercar hacia el niño, ya totalmente calmado y mirándolo electrizado, la criatura se sacó el chupete de la boca y se lo dio a Charlie, en un acto de solidaridad primigenia. El llanto de Rivel se agotó y el público arrancó en aplausos. El payaso aceptó el ofrecimiento del niño y, hoy, aquel chupete histórico se conserva entre las vitrinas del Museo Charlie Rivel de Cubelles.
Charlie Rivel...... es rock.
1 comentarios:
Me gustaria que me envien una, por fabor necesitaria saber el costo!. mi mail: marquitosg@hotmail.com
Gracias.
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